jueves, 4 de junio de 2009

POR QUÉ PRACTICAMOS DANZAS?

¿Por qué practicamos danzas? ¿Para qué sirven?

Primero, porque cada uno es parte de un todo, y el círculo nos permite formar parte de un grupo: es comunitario.
Las danzas circulares no son competitivas; cada uno da de sí lo que puede.
Nos ayudan a encontrar gozo, alegría, risas. Se encuentra paz; las danzas meditativas tienen ese propósito.
Sirven para potenciar el espíritu grupal. Hay danzas que integran al individuo en el conjunto. No es simplemente estar en ronda,sino integrarse al grupo.
Para algunas personas, la participación en las danzas es una experiencia de sanación, de autoconfianza, de energetización.
Ésto nos da la posibilidad de enviar la energía, conscientemente o no, hacia afuera. Cuando trabajamos en grupo, enviamos al planeta la energía que hemos creado en la danza; y sabemos que esa energía va a llegar donde se necesite.
Esto significa que estamos logrando un beneficio para nosotros, pero también para los demás.
Cumplimos con nuestra tarea planetaria, es decir, reestablecemos la conexión de la Humanidad con la Tierra.
Las danzas tradicionales llegan como una experiencia humana. Cuando las practicamos es como si estuviéramos colaborando con esa tradición.
Al bailar danzas de distintos países, también entramos en contacto con su cultura, y se produce un acercamiento a nivel espiritual.
El valor de la danza surge a partir de la participación. Luego, ese valor se va descubriendo en la propia experiencia, en la propia vida, resonando en cada uno en forma diferente.
Las danzas también son una forma de estar atentos, de estar en el aquí y en el ahora. Es una meditación en movimiento, y cuando uno se equivoca es porque realmente se distrajo y perdió el paso.

Comentarios de Charles Petersen
Mensajero de la Comunidad de Findhorn para América Latina.
Apuntes registrados por Mery Dalmás.